martes, 5 de marzo de 2013

entre el vacile y elamor


Entre el vacile y el amor

Dentro de este tema tan amplio, como lo es el vacile, existen ciertos mandamientos creados por jóvenes como cualquiera de nosotros. El primero de éstos dice:”Si al día siguiente de haber vacilado, no te dirigen la palabra ni siquiera para decir hola, no debes resentirte, no es nada personal”. Otro dice:” Si antes de vacilar eran amigos, entonces deben conservar la amistad y disfrutar del momento”. El tercero de éstos, sentencia:”Cuando debas presentar un vacile, es sencillo, no te compliques, solamente preséntalo como un amigo o amiga”. Y por último, pero realmente impactante para mi, es el que dice: Con tal de conseguir un buen vacile, todas las mentiras son blancas.
¿Qué tan común es encontrar jóvenes que se mantengan firmes y no se dejen llevar por el placer que ofrece un vacile? El ”vacilar” disminuye la capacidad de amar verdaderamente a una persona y poder mantener una relación duradera.
A partir de esto: ¿Cuál es la verdad sobre el vacile? Para contestar esta pregunta, primero debemos saber que significa vacilar. Vacilar es vivir el momento con alguien, buscar satisfacción con otra persona, que no necesariamente sea conocida. Sabiendo el significado de vacilar, lo siguiente es preguntarse:
¿Por qué vacilar? En realidad existen muchos motivos por los cuales los jóvenes lo hacen. Por ejemplo, porque han terminado una relación y se sienten despechados; o simplemente para obtener placer; o incluso lo hacen porque se sienten cansados de estar con una misma persona. Es decir, las razones son varias, pero éstas son las más conocidas por todos. A partir de estas respuestas, podemos decir que vacilar es un acto de placer momentáneo.
¿Acaso el vacile es equitativo para todos los interesados? Seamos realistas: no hay manera de que un vacile no cause daño. ¿Cuáles son sus consecuencias? En primer lugar pensemos en que, al no haber sentimientos por la persona, estamos jugando; y si recordamos que: “con tal de conseguir un buen vacile, todas las mentiras son blancas”, entonces estamos aceptando lo que -normalmente-, no nos agrada: la mentira. Como dijo San Agustín:”He encontrado a muchos que querían engañar, pero ninguno que quisiera dejarse engañar.”
La experiencia supuestamente obtenida después de vacilar, es simple y llanamente, una mentira. No nos engañemos: no necesitamos esa experiencia para aprender a amar y, peor aun, para poder identificar a la persona que será nuestra pareja -esposa o esposo- en un futuro. Además, ¿qué clase de experiencia podemos obtener de algo que dura tan sólo una noche o un poco más? Con todo, hay quienes dicen que quieren a esa persona, y yo pregunto: ¿Cómo podemos querer a alguien de quien muchas veces, ni siquiera sabemos su nombre o lo que quiere en la vida? Nadie ama lo que no conoce.
Debemos saber que cuando alguien vacila, está utilizando a la otra persona como un objeto que va a satisfacer su necesidad momentánea de placer: estamos hablando de cosificar a una persona y de cosificarse uno mismo. ¿Qué clase de bien es ése? Aun cuando se diga que el vacile fue por un mutuo acuerdo, causa un daño sentimental muchas veces no detectado por los involucrados. Y algo peor aun, observar cómo las personas que vacilan van destruyendo su imagen frente a los demás.